Un cáliz de oro lleno de abominaciones

Un cáliz de oro lleno de abominaciones


El elemento más sorprendente es la copa, o cáliz, de oro en la mano de la mujer. Esta copa está llena de abominaciones. El brebaje que esta mujer ofrece a los poderes políticos de las naciones y a sus pueblos respectivos es una mezcla de religión e idolatría, de símbolos espirituales y ritos paganos, de cátedra pontificia y de tribuna socio-política, de evangelio y filosofía humanista.



Así se explica que el propio Papa Juan XXIII hiciera acuñar una medalla en cuyo anverso estaba impresa su propia efigie, y en el reverso la mujer de Apocalipsis 17, ¡exactamente como se la describe!



Roma ha practicado la impiedad para acumular su riqueza, porque el "cáliz de oro" está "lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación". Gran parte de la riqueza de la Iglesia Católica Romana fue adquirida mediante la confiscación de la propiedad de las víctimas miserables de las inquisiciones. Aun los muertos eran exhumados para que enfrentaran el juicio, y a los herederos la Iglesia les quitaba la propiedad.



Mucha de la riqueza de Roma se ha adquirido mediante la venta de la salvación. La Iglesia ha recibido incontables miles de millones de dólares de los que pensaban que estaban comprando el cielo a cuotas mensuales para sí mismos o para seres queridos. La práctica continúa hasta hoy, descaradamente. No podría perpetrarse un engaño ni abominación más grande.



Cuando el Cardenal Cayetano, erudito domínico del siglo XVI, se quejó acerca de la venta de dispensaciones e indulgencias, la jerarquía de la Iglesia se indignó y lo acusó de querer "convertir a Roma en un desierto deshabitado, de querer reducir al papado a la impotencia, de privar al Papa... de sus recursos pecuniarios indispensables para el desempeño de su cargo". (J.H. Ignaz von Dollinger, The Pope and the Council (Londres 1869), pp. 307-308)



Además de dichas perversiones del evangelio que han conducido a millones por el mal camino, existen otras abominaciones (plenamente documentadas en los anales de la policía y los tribunales), que el Vaticano y sus representantes las han empleado por mucho tiempo en todo el mundo. Nino Lo Bello, ex corresponsal de Business Week en Roma y jefe de la oficina para el New York Journal of Commerce, escribe que el Vaticano está tan estrechamente aliado con la Mafia en Italia que "muchas personas... creen que Sicilia... no es nada más que una sucursal del Vaticano". (Nino Lo Bello, The Vatican Empire (Trident Press, 1968), p. 167. Véase también David A. Yallop, In God´s Name (Bantam Books, 1984); Richard Hammers, The Vatican Connection (Penguin Books, 1983).)




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