Hagase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Mateo 6:10
Tierra/Cielo – ¡sorprendente! ¡Incomodo! Claro que para nosotros no lo es porque no estamos saturados de las Escrituras hebreas. Pero los discípulos si lo estaban. Ellos esperarían “cielo y tierra” no “tierra y cielo.” Si revisas el Antiguo Testamento encontraras esta frase una y otra vez, pero no en el orden que sugiere Yeshua. ¿Por qué?
¿No te incomoda aunque sea un poco que esta oración tan familiar contiene tantas cosas que deberían provocar preguntas? ¿No es un poco perturbador que nunca hemos preguntado? Quizás estamos tan anestesiados por nuestra propia cultura religiosa que ya no escuchamos lo que dice Yeshua. Necesitamos regresar. Necesitamos hurgar y escarbar y cuestionar y preguntarnos – todo el tiempo – para salirnos de la caparazón aislante de nuestro entrenamiento religioso. Si deseamos ver la maravilla de la introspección y educación de Jesús, de alguna manera debemos hacer preguntas más profundas.
El cielo y la tierra son preguntas muy grandes. La razón por la que las Escrituras Hebreas utilizan estas palabras en ese orden (cielo, y después tierra) es que las Escrituras hebreas hablan sobre Dios, no sobre el hombre. Toda la autoridad le pertenece al Creador de los cielos y la tierra. La perspectiva de la revelación divina viene del cielo. Seguro que Dios trata con aquellos en la tierra, pero su involucramiento tiene una perspectiva cósmica. Este no es el dios local de la fertilidad aquí. Este es El Shaddai – el Todopoderoso.
Entonces Yeshua cambia la perspectiva. Ahora nosotros oramos, y eso significa que debemos reconocer donde caminamos nosotros, no Dios. Lo que vemos es que el modelo de oración de Yeshua asume que existe disparidad entre el cielo y la tierra. Esta no es la apreciación del Dios soberano. Su voluntad siempre se hará. Esta es la perspectiva del hombre quién recién declara que el Padre se manifieste en el. Desde nuestra perspectiva, la soberanía de Dios debe convertirse en nuestra realidad. Es tierra y cielo hasta que reine y gobierne el Padre sobre todos. Entonces regresaremos al inicio, cuando creó Dios los cielos y la tierra.
Pero eso no significa que esta petición se consuma en el esfuerzo humano o en la visión humana. No, aun se trata de la voluntad inescrutable de Dios. La creación aun es Suya. Lo que manifestamos en esta petición es nuestro deseo de verlo gobernar sin oposición, en nosotros y en toda SU creación.
Adicionalmente, esta petición clama por la revelación de la voluntad activa de Dios en esta tierra como lo es en el cielo. No existe ser en el ámbito celestial con duda alguna sobre el poder y la majestuosidad de Dios, ni carecen de demostraciones visibles de Su poder y gloria. ¡Pero nosotros sí! “La voluntad de Dios en el pasado y el presente se ejecuta casi en secreto por todo el mundo” (Lohmeyer). Y ese es el problema. Debemos orar que Su voluntad sea primera aquí en la tierra, que la mano escondida del Todopoderoso se descubra en nosotros y se revele al mundo. Eso es lo que significa ser la sal y la luz.
Di estas palabras conmigo. “Hágase Tu voluntad, en la tierra, en mi, en mi casa, en mi vecindario, en mciudad, en mi cultura – que Tu se manifiestes y que yo sea Tu luz – como en el cielo.”
Dr. Skip Moen
Tomado de: http://www.renuevodeplenitud.com/
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