CONFORME A LAS ESCRITURAS

Primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí:
Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras.
1 Corintios 15:3-4.

Conforme a las Escrituras

El Evangelio se basa en tres acontecimientos: la muerte del Salvador, su sepultura y su resurrección al tercer día. Un Evangelio que sólo presentara la muerte de Cristo, sin incluir la resurrección, no podría procurar una verdadera paz. ¿Cómo sabría una persona que sus pecados fueron borrados y que Dios aceptó el sacrificio de Jesucristo? La muerte del Salvador corresponde al pago de nuestra deuda, y su resurrección es la prueba de que el pago ha sido «recibido».

El Antiguo Testamento da testimonio de la muerte, la sepultura y la resurrección del Señor. Basta leer el capítulo 53 de Isaías escrito unos 700 años antes del nacimiento de Cristo. Allí el profeta declara: “El castigo de nuestra paz fue sobre él… Dios cargó en él el pecado de todos nosotros… derramó su vida hasta la muerte… habiendo él llevado el pecado de muchos”. Sí, en ese capítulo hallamos “que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras”. En relación con su sepultura, Isaías dice: “Se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte” (v. 9).

En lo que atañe a su resurrección, Isaías la incluye, al decir: “Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días… Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho”. La resurrección del Salvador también está anunciada en el Salmo 16: “No dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción” (v. 10).