LAS BULAS PAPALES

En este apartado hablaremos del soporte en el cual los papas dan a conocer sus órdenes a sus fieles. Las cartas oficiales publicadas por los papas y expedidas por la llamada Cancillería apostólica a lo largo de su historia se llaman << Bulas>>. Estas se expiden provistas de un sello de plomo pendiente del pergamino o papel que lleva las efigies de san Pedro y san Pablo. Las bulas se han escrito originalmente en latín y con caracteres góticos. Se las designa siempre con las primeras palabras.


Existen muchas clases de bulas ; las que se denominan doctrinales, por ejemplo la bula <<Exurge Domine>> , dirigida en contra de Lutero, o la <<Unigenitus>> , dirigida en contra de Quesnel. Están las denominadas de excomunión, como la <<Clericis laicos>> , que condenó a Felipe el Hermoso; o la <<In Coena Domine>> , lanzada contra los protestantes, y leída solemnemente todos los años al público en Roma el jueves santo, al menos hasta el tiempo del Concilio Vaticano II.

A través de sus bulas, los papas han ido declarando su voluntad a sus fieles. Por ejemplo, el dominio sobre el mundo y sus pueblos. La bula papal de Gregorio XI de 1372, reclamaba el dominio papal sobre todo el mundo, secular y religioso, y excomulgaba a todos los que no obedecían a los papas y no les pagaban impuestos. Esa misma bula fue confirmada por papas posteriores, siendo en fecha de 1568, y por el papa Pío V, que permanecería como <<ley eterna>>.







bulas papales



Bullarium Magnum Romanorum



Los papistas conceden a su <<Bullarium Magnum>> , es decir, a la colección de bulas pontificias, igual autoridad o mayor todavía que a la Biblia, y sin embargo, todas esas <<bulas>>, deberían considerarse como << fá- bulas >> , y aún menos que eso, ya que ante los ojos de Dios, nada son.



Ya la Biblia proféticamente nos previene en contra de todo esto a través de la exhortación que el apóstol san Pablo dirige a su discípulo Timoteo: <<Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas . Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio> > (2 Timoteo 4: 1-5) .



Existen, además, muchas bulas apócrifas, fabricadas con fechas posteriores para las necesidades de la causa a defender, y atribuidas a los primeros obispos de Roma, estas son las <<Falsas decretales>> . Como venimos diciendo, las bulas auténticas, como por ejemplo la <<Unam Sanctam>> de Bonifacio VIII en la cual asegura que nadie se salva sin la mediación del papa romano, son absolutamente nulas y carecen de valor alguno para los verdaderos cristianos. Esto es así desde el momento que el obispo de Roma no tiene ninguna autoridad de imperar en la Iglesia en el lugar o en el nombre de Cristo como pretende, ni tampoco invocando cualquier otro título.



Pretensiones papales a través de sus bulas



La lista jamás pretende ser exhaustiva:



1. Sobre la pretensión de dominio universal:



Gregorio VII, con sus bulas, releva al pueblo germano de la obediencia y sumisión a la autoridad de su emperador (eso es contrario a la Biblia, Ro. 13: 1)). Bonifacio VIII hace otro tanto con los franceses. Alejandro VI (1491-1503), reclama que todas las tierras no descubiertas le pertenecen como papa, y que dispondrá a su agrado de todo como vicario de Cristo.



Poco después, en <<virtud>> de su cargo, regala millones de almas y vastísimas tierras (las Américas) al rey de Castilla y de León, tierras y almas que decían pertenecerle. Alejandro VIII destruye los artículos del clero de Francia... (e innumerables ejemplos más). (Diccionario de Controversia, Teófilo Gay, pág. 95).



2. Sobre las persecuciones a los verdaderos cristianos:



Inocencio IV promulgó la más terrible de todas las bulas de la historia de la Inquisición, la <<Ad Extirpanda>>, a través de esa fá- bula asesina, no sólo daba carta blanca, sino recompensas hasta en lo eterno a los que mataran herejes.



Urbano VIII, en 1627, anatemiza, condenando a muerte a los protestantes en su <<In Coena Domini>>. León X a través de la suya prohíbe bajo pena de excomunión tener ningún contacto con los protestantes por parte de católico-romanos. El cruel SixtoV exhorta al rey de Francia a que destruyese a todos los protestantes de su reino. La lista es interminable en este punto (Ibid, p.96)



3. Sobre los falsos milagros:



Con la intención de <<fabricar>> santos que dieran auge a la institución romana, las bulas papales que proclaman la canonización de los << santos>>, contienen fábulas tan absurdas que únicamente permanece ciego, al leerlas, aquel que deliberadamente decide ser ciego, y es que los católico-romanos están obligados a creer todo lo que contienen las bulas papales.



Demos algunos ejemplos: San Felipe Neri se hallaba simultáneamente en dos lugares distintos (bula de Urbano VIII, 1623, párrafo 64 ); creer esto, contradice lo que enseña la Biblia, ya que sólo Dios puede estar en dos o más lugares a la vez. ¿Quién sería el <<doble>> de Neri?



Que san Pedro de Alcántara vivió en una celda de un metro y medio cúbico y que por cuarenta años no durmió sino una hora y media por día ( bula de Clemente X, 1670 ).



Que a santa Brígida a menudo la vieron elevarse por encima del suelo mientras rezaba (esto no es otra cosa que levitación y proviene del diablo, al igual que hacen los lamas del Tíbet o los satanistas del Brasil o Benin, etc. También lo hacía Ignacio de Loyola), (bula de Bonifacio IX, 1391 .



Que san Francisco de Asís recibió los estigmas de Cristo (de ser eso cierto, esto sería también demoníaco) ( bula de Gregorio IX, 1327).



Que Cristo se apareció a santa Rosa de Lima diciéndole: <<Rosa de mi corazón, despósate conmigo>> (nunca el Señor hablaría en estos términos a una mujer ), (bula de Clemente X, 1671) . La llamaban Rosa, aunque en realidad su nombre era Isabel, porque era agraciada físicamente. Así que aquí se pretende que las gentes crean en un Cristo atraído físicamente por una mujer. Esto es blasfemo.



Estos sólo son algunos ejemplos de entre miles de supersticiones y mentiras semejantes. Mencionar que Sixto V, en 1588, con una bula aprobó todas las obras de san Buenaventura, incluso una edición de los Salmos por el mencionado santo en la cual ¡el nombre de Dios fue siempre sustituido por el de María! (Ibid, p. 96, 97)



4. Sobre indulgencias por hechos absurdos e inicuos:



¡El papa Julio II en una bula, concedió una indulgencia a cualquiera que, topándose con un francés, lo matara, y otra similar a quien matara a un veneciano! El papa, creyéndose Dios en la tierra, contradice el mandamiento del Dios de los Cielos y de la Tierra que dice: No matarás. Este papa no sólo hace eso, sino que además promete el Cielo de Dios al quien desobedece a Dios (Ibid, p.97)



Pablo III y Julio III, por una visita a la iglesia de san Hilario en Chartres, o por un padrenuestro o un avemaría cada viernes, o por la presencia en la procesión del <<Corpus Domini>> , conceden una bolsa de millares de años de indulgencia. (Ibid, 97) . De hecho, los papas se han hecho la competencia entre sí en conceder indulgencias innumerables, las cuales, como nada cuestan al que las otorga, tampoco nada valen, salvo el peso del pecado de emitirlas y recibirlas. Las indulgencias, sólo son mentiras, engaño para el que las concede, y engaño para el que las recibe. Las bulas papales han sido el vehículo de todas esas falacias sin fin//.