EL PERDON DENTRO DE LA IGLESIA

Pasaje Bíblico: Mateo 18:15-22 (Reina-Valera 1960)

Cómo se debe perdonar al hermano
“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.”

Introducción
El Sermón del Monte es conocido por ser la parte mas inhumana de la Biblia y lo explicaré como un hermano me lo hizo ver. Este pasaje pone al ser humano por el suelo ya que nada de lo que está allí lo puede hacer nadie a menos que halla nacido de nuevo.

Nosotros como iglesia en la historia no hemos sido capaces sea por cobardía, por orgullo o por ignorancia de aprender a resolver conflictos con nuestros hermanos y seguir los pasos que Cristo nos enseña en la Escritura con el propósito de perdonar a nuestro hermano. La mayoría de las veces los problemas los queremos resolver con sarcasmos o murmuraciones que en nada ayudan a la edificación de la iglesia. Estas actitudes vienen de nuestra humana naturaleza pecaminosa que nos separa de la verdadera solución: Cristo y el perdón. El perdón es vital para la salud de la iglesia y la amargura tiene consecuencias como lo tiene una bola de nieve que va cayendo de una montaña en el invierno.

Contexto Bíblico
Pedro, el impulsivo, el agresivo acude a Jesús para preguntar cuantas veces debía perdonar a su hermano. Al parecer se había sentido defraudado por un hermano que le había fallado más de siete veces, que para ellos podría ser un límite entre ellos establecido para no perdonar más. Sin embargo, Jesucristo no simplemente nos muestra como perdonar sino los pasos a seguir para perdonar pues en estos pasos tampoco permite que el ofensor se salga con la suya.

Jesucristo establece tres propósitos y una estrategia para solucionar los conflictos y para experimentar el verdadero perdón dentro de la iglesia:

I. La iglesia tiene como propósito que aprendamos a tener compasión
La base de tu relación con tu hermano y tu hermana tiene que estar basada en la compasión, la gracia y la misericordia que Dios tuvo contigo al ser reconciliado con Dios a través de Cristo. Si Dios te ha perdonado por gracia, ese perdón debe traducirse hacia los demás. Recuerda de donde Dios te sacó y mira al otro con la compasión pero la firmeza que tu hubieses querido que tuviesen contigo. Dios nos capacita como hijos a fin de que seamos compasivos como Él es compasivo.

El Pastor Mark Dever en un escrito acerca de la Iglesia y su relación con la comunidad dice que nosotros debemos ver a los demás personas con pasión y con compasión. Pasión porque nuestro llamado como creyentes es a amar a todos, prefiriendo a los de la familia de la fe. Compasión porque si miramos a nuestro pasado, veremos que no éramos dignos de tan grande galardón como lo es el perdón de Dios, ¿Como no podemos perdonar a nuestro hermano si Cristo nos perdonó por nada a cambio? Ahora bien ese perdón de Dios no se da en un vacío ni permite que los que realmente no piden perdón o no perdonan salgan incólumes.

II. La iglesia tiene como propósito ser moldeados en medio de conflictos
Jesús nos muestra un paradigma para resolver conflictos dentro de la iglesia que comienza con la conversación a solas. Comienza con la conversación a solas para evitar y cortar de raíz cualquier tipo de rumor o murmuración innecesaria. Cuando los conflictos se tratan de resolver mediante rumores y murmuraciones con otros, o simplemente con sarcasmos, las heridas de amargura se agrandan. Además nos muestra algo revelador en el pasaje: Si no hay arrepentimiento, no hay restauración ni unidad. Si no ocurre ese arrepentimiento, te envía a otro nivel “para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.”

Cuando Jesucristo habla sobre la ira dice lo siguiente:
Jesús y la ira
“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Idiota, quedará expuesto al infierno de fuego. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” (Mateo 5:20-26 - Reina-Valera 1960 con adaptación en la palabra Fatuo)

Dios quiere transformar el corazón del ofensor y el corazón del ofendido. Dios nos confronta a resolver nuestra situación con nuestro hermano antes de ofrecer nuestra ofrenda ante Su Altar Santo. Dios quiere transformarnos no que simplemente cumplamos con Él y listo. Eso es justificación por las obras. El propósito de los conflictos en la iglesia es que seamos transformados antes que simplemente decir un perdón o un te quiero sin verdaderamente sentirlo y decirlo en el corazón. Jesucristo nos quiere llevar a no simplemente decir un perdón o pedir perdón, sino a restituir el daño realizado.

III. La iglesia tiene como propósito que aprendamos a perdonar
Nadie puede perdonar sino no ha experimentado el perdón de Dios pero tampoco trate de buscar el perdón de Dios si no está dispuesto a perdonar a los demás. Si Dios te ha perdonado en la Cruz del Calvario, ese perdón se traducirá en perdón a los demás. Si Dios te miró con amor aún por algo más grave que la falta que te hizo tu hermano, tu debes tener el espíritu de perdonar antes de atacar o condenar. La Biblia nos enseña que no podemos guardar rencor con nuestros hermanos y que debemos resolverlo al momento: Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. (Efesios 4:26-27 - Reina-Valera 1960)

Como bien hablaba con un hermano de Panamá, en el amor de Dios la situación se pone mas pesada porque allí probamos si la persona expresa el amor Filheo o Ágape. Filheo es el amor que uno tiene con amigos y familiares pero Ágape es el amor de Dios porque Dios es Ágape. (1 Juan 4.8) Claramente el ser humano que solo puede amar sin tener a Dios (Filheo) se va a sentir herido al ver la acción que se ha hecho en su contra pero le será dificil perdonar. Sin embargo, si es Ágape que es Dios mismo (segun 1 Juan 3) el perdon fluirá.

Conclusión: La Amargura como Enemigo de la Iglesia del Señor
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados.” (Hebreos 12:15 - Reina-Valera 1960) La amargura contamina en medio de la iglesia. En nuestra experiencia de 15 años como creyente hemos visto como familias, iglesias y amistades sólidas se han destruido por el simple hecho de guardar rencor contra su hermano. Una acumulación de rencor y amargura contra otra persona tiende a explotar grandemente luego si no es tratado al momento.



Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.” (1 Juan 3:14 - Reina-Valera 1960). Una prueba clara de que una persona ha pasado de muerte a vida es que demuestra un verdadero amor genuino por su hermano.“

La amargura es una carga que Dios no quiere que llevemos. Muchas veces permitimos que nuestra conciencia se cauterice a tal punto que ya no sentimos que hemos herido a otros o que hemos sido heridos por otros. Para el apóstol Pedro en su epístola la conciencia limpia se obtiene con la obra de Cristo en la Cruz del Calvario. Esa conciencia limpiada en la cruz debe ser protegida y guardada. “Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” (Prov. 4:23). Pero para que esto ocurra tiene que haber arrepentimiento. Como aprendí del hermano Joe Concepción el domingo en la clase que nos dio de fundamentos bíblicos, arrepentimiento viene del griego metanoia que puede significar entonces un cambio de mente y de meta, un viraje de 180 grados en nuestra manera de pensar y en nuestra meta o manera de resolver conflictos.

El mismo Pedro que hizo la pregunta final de cuantas veces debemos perdonar a nuestro hermano, no hubiese hecho la misma pregunta luego de haber negado a Cristo tres veces. Las preguntas las hizo Jesucristo al final: Pedro, ¿Agape? (Pedro, ¿Me amas?) y Pedro contestó dos veces, Filheos. Pedro, ¿Agape? Pedro al final dice llorando: “Tú lo sabes, Señor, tú lo sabes”.



© Por Josué David Zapata Vázquez. Ministerio CristoRocaFirme.com. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.


MUCHAS COSAS MAS EN LOS MENUES DE LA DERECHA

1 comentario:

mariMar dijo...

Me ha gustado especialmente la forma de redimirse del pecadoentre los Hermanos Cristianos.
No es fácil, y está completamente reglamentado.Es una apreciación a lo que acabo de leer.
Otra cosa es que cuando le leia en mi muro de facebook sobre los católicos de armario lo entiendo perfectamente ( creo que seria una manera para pedir entrada en esta fe cuando me vea con mas fuerza.
Otra cosa que me gustaria comentarles, porque la mayoria de la gente joven lo entiende mal, es el Carpe Diem horaciano.El "Club de los Poetas Muertos" Peter Well (1989)hace reflexionar sobre el aqnsia de libertad de los jóvenes."QUE NADIE LLEGUE A LA MUERTE Y DECLARE QUE NO HA VIVIDO"-pero esta insinuación es lamentable sin decir mas.No es para absolutizarla.( yo lo hago y Nuestro Señor sabe de lo que soy capaz).No es llenar el tiempo sea amontonando intensidades placenteras ( alcohol, drogas, escapadas, sexo con amigos y tutores. Hay que lograr una disciplina coherente con buenos momentos que te cargue de disciplina, autocontrol y enriquecerse con Hermanos que te sepan llevar a una vida buena.-