EL PROPÓSITO DE LA CONVERSIÓN

Idea central: Dios no nos ha salvado para estar de brazos cruzados, sino para ser parte de sus planes en este mundo
Pablo, un hombre impactado por Jesucristo.
-La situación personal de Saulo: familia rica (Tarso era una región rica y Pablo hace una referencia velada a su herencia tenida por basura –Fil 3.8). Había estudiado mucho con Gamaliel en la mejor universidad rabínica, tenía un oficio, y se había dedicado al judaísmo, aventajando (¿?) a sus contemporáneos.
-Vió morir a cristianos, oyó sus confesiones, sus testimonios en los juicios que él organizaba, y quedó afectado en cada testimonio que oyó.
-Saulo era el “Torquemada” del judaísmo, una pesadilla para cada cristiano, temido y evitado, su sólo nombre no traía nada bueno al discípulo de Jesucristo.
-Saulo tiene un encuentro con Cristo, un encuentro “violento”:
“Saulo, ¿por qué me persigues?”: Saulo perseguía a la Iglesia ¡no a Cristo!, aquí Saulo está recibiendo una revelación que más adelante desarrollaría en su ministerio, que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y a ella están llamados judíos y gentiles (algo que él llama misterio en Ef 2.22).



“Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” Pablo se estaba resistiendo al llamado de Dios a seguirle, a ser su discípulo, pero Cristo es más fuerte y ese llamado es irresistible, Cristo siempre vence.
-¿A qué fue llamado Pablo como cristiano?:
A ser ministro y testigo (v.16)
A ser enviado a los gentiles (v.17)
A conducir a otros a Cristo (v.18)
1. El centro de la conversión y de la vida cristiana es Cristo.
-El fundamento de la vida cristiana y del cristianismo es Cristo. Nadie puede poner otro fundamento. El cristianismo no es un llamado a ser mejores personas, eso es religión, es un llamado a tener contacto, una relación con Dios por medio de Jesucristo (1 Co 1.9). Cristo es el sol alrededor del que giran nuestras vidas. No es la iglesia, o las reuniones, sino Cristo mismo.
-¿Qué es lo que está desviando nuestra atención de Cristo?, ¿tenemos otros “cristos” falsos alrededor de los cuales giran nuestras vidas?, ¿qué es lo que llena nuestro corazón?.
-Necesitamos ser impactados una y otra vez con el evangelio, predicarnos y recordarnos el evangelio a nosotros mismos. Necesitamos estar cautivados, emocionados, fascinados con esta historia del amor de Dios por nosotros. Ese debe ser el eje de nuestra vida.
-Cristo es el centro de la vida cristiano, no YO. Muchos cristianos empezaron mal su vida cristiana, les predicaron el evangelio, pero no todo el evangelio: “Cristo viene a suplir tus necesidades, confía en Él, Él quiere consolarte, salvarte y perdonar tus pecados…”. Y el evangelista se calló lo relativo a tomar su cruz y seguirle. Un Domingo por la mañana ese cristiano se levanta y se dice a sí mismo: “estoy demasiado cansado para seguir reuniéndome el Domingo, le adoraré en casa, yo sólo. Estoy demasiado agotado para tomar responsabilidades en la iglesia”. Es el YO, ocupando el lugar que le corresponde a Cristo.
-¿Y cual es la solución a un cristianismo tibio, falso, egoísta, centrado en uno mismo?, es volver a ser impactados por el evangelio, por el amor de Jesucristo.
2. Las evidencias de la conversión.
-¡Cuántos malos entendidos hay con esta doctrina!, unos dicen que la señal es el lloro, si la persona llora es que hay arrepentimiento genuino (esto me lo dijo la esposa de un pastor). Otros dicen que la evidencia es hablar en lenguas, y en el interior de los EEUU otros dicen que es ser picado por una serpiente y sobrevivir.
-En la vida de Pablo vemos muchas evidencias de una salvación genuina:
Obediencia: (“No fui rebelde a la visión celestial” v.19) El tiempo que el Señor Jesús estuvo con los discípulos les estuvo preparando para obedecer (a menudo les daba instrucciones, tareas que hacer, algunas un poco extrañas como sacar una moneda de un pez). Jn 13.17 “Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis”.
-¿Hay obediencia en el que profesa seguir a Cristo?, no decimos q ue sea perfecto, sino si hay en esa persona un deseo de agradar y obedecer a Dios en todo. ¿Es un discípulo lleno de buenas excusas para obedecer a Cristo?.
Prioridades: esto es algo que la iglesia no tiene claro hoy en día. Qué es lo que va primero, si Dios o mi comodidad, las cosas que me gustan. ¿Cómo es posible que haya cristianos para los que la iglesia es un estorbo para llevar la vida cómoda que ellos desean?. Si por ellos fuera cerrarían las reuniones entre semana y los domingos, así no se sentirían culpable de no ir.
-Hay otra actitud terrible que manifiesta el problema de las prioridades, y es cuando vamos a obedecer si nos conviene y es fácil. Esto se ve cuando organizamos un retiro, “hermano, ¿vendrás al retiro?”, “No sé, responde”, ¿qué es lo que no sabes?, le preguntamos. “Pues no sé si voy a tener algo más entretenido que hacer, si nadie me invita a comer, si no tengo ninguna celebración familiar, si no encuentro ninguna excusa para ir, entonces iré”. Eso no es obediencia, eso es hacer de Cristo nuestro siervo y nosotros su señor. Es quitar a Cristo del trono y sentarnos nosotros en él. Es un discipulado donde el discípulo le pone condiciones al maestro. Haríamos bien en arrepentirnos rápidamente de esa maldad.
-¿Has examinado tus prioridades?, ¿qué es lo que mueve tu vida?, ¿qué es lo que organiza tu agenda, tus gustos o tu deseo de agradar a Dios?.
3. El propósito de la conversión.
Jesús salvó a Pablo porque tenía planes para él. No se trata de lo que a Pablo le gustaría hacer, sino de lo que Cristo quería hacer con él. Aunque Pablo quería ir a los judíos, Cristo lo envió a los gentiles.
Dios no nos salva para que estemos cruzados de brazos. Hay algo que tienes que hacer y que Dios te ha llamado a hacer. A lo mejor es la oración, y vivir 24 horas orando por otros. Lo que está claro es que Dios NO salva a personas para aburrirlas, para dejarlas inactivas.

Cristo llamó a Pablo (y a cada uno de nosotros) a ser:
a. Ser servidores (v.16a). Un “ministro” es un servidor. Es alguien que se olvida de sus necesidades y sirve a otros en sus necesidades. Todos somos llamados a servir. El cristiano inmaduro se queja de todo en la iglesia, encuentra fallos en todos lados, no está contento con nada, sobre todo se queja porque no recibe. El cristiano maduro es un servidor, no tienen tiempo ni pensamientos de quejarse porque está ocupado en servir a otros.
Fil 2.4 “no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”
b. Ser testigo (v.16b). Dios no nos llama a todos a dar clases de teología. Pero sí nos llama a reflejar el amor de Dios a través de nosotros, y a contar a otros lo que Dios ha hecho con nosotros. Ser testigos es algo natural; forma parte de la vida: de la misma manera que llegamos a hacer una amistad con una persona y le abrimos nuestro corazón, contándole de nuestra familia, nuestro pasado, compartimos el evangelio de Cristo y cómo el amor de Dios nos alcanzó.
No tenemos que esforzarnos tanto por testificar, sino por vivir a Cristo, conocer a Cristo, y así, ser testigos de Cristo será algo natural.
c. Conducir a otros a Cristo (v.18). Esto tiene que ver con acompañar a las personas a la fe en Cristo y a la madurez en Cristo. Pablo no sólo era un misionero, sino también un pastor, un edificador de la iglesia, no sólo establecía una iglesia, sino que permanecía con la iglesia durante años, acompañaba a la iglesia a su madurez.

Para reflexionar
¿Creíste en Jesucristo?, ¿has sido salvado?, ¿estás siendo parte de los planes de Dios en este mundo?, ¿estás siendo testigo de Jesucristo y edificando la iglesia?.
¿Eres un cristiano que tiene a Cristo como esclavo, que tiene a Cristo como Señor?.
Necesitas ser impactado por el evangelio cada día, cada día necesitas recordar y entusiasmarte con el amor de Jesús por ti.



FUENTE: http://www.estudios-biblicos.org/

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