¿TESTIMONIO FALSO?

¿Testimonio falso?


«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero» (Juan 5:31.)

Pregunta. - ¿Cómo se entiende esto? ¿Querrá decir Jesús, que si diera testimonio de sí mismo, resultaría mentiroso, o que le podrían acusar de rendir falso testimonio?

Respuesta. - Es evidente a toda luz que aun cuando Jesús diera testimonio de sí mismo, no resultaría mentiroso, porque era incapaz de mentir. ¿Qué hay, pues, en este caso?

Al defender el Señor Jesús sus afirmaciones ante los judíos que negaban sus dichos, reconoce aquí la regla bíblica de prueba que requería «dos testigos». Jesús podría decir con más razón que nadie: «Aunque doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero.» Pero aquí admite Jesús lo establecido por la ley, que dice: «Un solo testigo no hará fe.» «Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos personas es verdadero.» Teniendo esto en cuenta, Jesús comprendía bien que sus adversarios dirían en seguida: «Tu testimonio no es verdadero, porque das testimonio de ti mismo.» Es como si dijera, pues, Jesús: «Si yo doy testimonio de mí mismo, diréis que mi testimonio no es verdadero.»

El que así debemos entender este texto lo confirma el Señor mismo al decir más adelante a sus adversarios:
«Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero.» Pero aun en este caso invoca al Padre como testigo para completar el testimonio, según el requisito de la ley que exige dos testigos.

Este doble testimonio en el caso de Jesús era dado por los innegables milagros que hacía. Ningún hombre tiene poder para realizar milagros como los que Jesús llevaba a cabo, si no fuera por el poder de Dios. De este modo se juntaba el testimonio de dos testigos: el de su boca y el de Aquel que realizaba los milagros.

Por otra parte, como Jesús era Dios y hombre a la vez, puede decir en otro momento de la discusión: «Mi testimonio es verdadero, pues El era la misma verdad, y además, nos purifica, mediante la redención efectuada por la suya, eran dos, el visible a sus ojos y el del Padre celestial, invisible para ellos, pero bien notorio y real por el testimonio de sus hechos sobrenaturales.

Encyclopedia explicativa de dificultades bíblicas-CLIE.