Permanezca alerta ante las evidencias

¡Permanezca alerta ante las evidencias!

Llegaron primero en una avanzada de alistamiento. El amplio muro de contención construido sobre las márgenes del río, estaba poblado de matorrales. "Aquí podemos construir nuestras viviendas", dijo uno. A su decisión siguieron las voces de aprobación de otros colonos y pronto eran familias enteras las que estaban levantando sus ranchos de madera, zinc y plástico.

Cuando habían invadido todo el terreno, uno de los líderes escribió con gruesas letras verdes en una tabla de madera: "Villa Esperanza".

No habían transcurrido dos semanas y ya las autoridades estaban procurando el desalojo. Se convirtió en una batalla campal. Y aunque les destruyeron sus precarias construcciones, apenas se fue la fuerza policial, volvieron a edificar.

En invierno se produjo un nuevo llamado. "Es peligroso que estén en el río. Una avenida torrencial puede acabar con todo y con todos" No obstante siguieron obstinados. Uno comentó: "Esas son invenciones de las autoridades para que nos vayamos, pero no les vamos a dar gusto." Siguieron ahí.

Fuertes aguaceros incrementaron el nivel del río y, en el sector de las casuchas, se produjo el desbordamiento. Pérdidas humanas y materiales. Una verdadera tragedia. No quisieron escuchar las reiteradas advertencias...

El mundo avanza hacia una crisis sin precedentes
La historia ilustra una realidad a la que el mundo deliberadamente quiere ser ajeno: la inminencia del regreso del Señor Jesús por su pueblo.

La crisis familiar, económica, social y política que azota la humanidad nos advierten que estamos a las puertas del caos.

¿Se ha dado cuenta, por ejemplo, de que se están creando las condiciones para clonar seres humanos? ¿Ha tomado conciencia del enorme peligro que encierra la aprobación del matrimonio de homosexuales en Europa? ¿Ha meditado en el surgimiento de enfermedades que no tienen cura? ¿Comprende las consecuencias que traerá la corrupción que permeabiliza todos los estamentos, públicos y privados?

Es probable que usted califique los planteamientos que eleva el pueblo evangélico de apocalípticos. Sin embargo no podemos desconocer una realidad. El mundo se encamina al abismo a menos que se rinda el primer lugar a Jesucristo.

Como es evidente que no será así, porque millares de personas o no creen en Cristo o definitivamente no quieren escucharle, es necesario tener en cuenta al apóstol cuando escribe: "...pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos." (2 Pedro 3:7).

La actitud rebelde del género humano acarrea juicio. Es una realidad latente así haya quienes quieran desconocerla.

Debemos permanecer alerta
Cuando Pedro escribió: "Puesto que todas estas cosas han de ser desechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán desechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!" (2 Pedro 3:11, 12), es probable que nadie entendiera su mensaje.

En una época de armas de destrucción masiva, no es ilógico pensar que una explosión o conjunto de detonaciones nucleares pueden deshacer lo que vemos alrededor. ¿Está distante de ser una realidad? Por supuesto que no.

La recomendación del apóstol es que, ante la proximidad de un evento de alcance mundial, el cristiano debe vivir en rectitud delante de Dios. Estar preparado para ir a la presencia de Aquél que nos creó y tener conciencia limpia al dar cuenta de sus hechos.

Un mundo maravilloso se avecina
¿Debemos albergar temor? En absoluto. Sabemos que el juicio de Dios sobre aquellos que rechazaron a su amado Hijo Jesús y el sacrificio redentor en la cruz, no nos alcanzará. ¿Por qué? Porque si Cristo mora en nuestro corazón y es Señor de nuestro ser, estará con Él por la eternidad.

La promesa que leemos en las Escrituras es la siguiente: "Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevas y tierra nueva, en los cuales morará la justicia." (2 Pedro 3:13).

Hace pocos días leía de cristianos que han sido arrestados, torturados y encarcelados en países musulmanes. En África muchos creyentes han sido muertos por no renunciar a su fe en Jesucristo. En países latinoamericanos ser cristiano es sinónimo de enfrentar persecuciones, burlas y críticas.

Pese a ello, guardamos esperanza. Sabemos que nuestro mañana es de esperanza en "cielos nuevos y tierra nueva". ¿Ha pensado en el mundo maravilloso que nos espera?

Caminando con Dios
El mundo busca engañarnos. Satanás ha desplegado una estrategia sin precedentes que busca desviarnos del camino correcto, en el que nos movemos tomados de la mano del Señor Jesús. Por ese motivo debemos estar atentos y no permitir que nada ni nadie nos aparten de Dios.

El apóstol Pedro al abordar el asunto aconsejó: "Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza." (2 Pedro 3:14, 17).

Sabemos que el regreso del Señor Jesús está a las puertas, por tal motivo debemos seguir firmes, en rectitud delante de Su presencia. Es imperativo que no demos lugar al diablo, dispuesto a empañar el testimonio cristiano. Firmes y adelante, son dos conceptos que debemos interiorizar y dar pasos en el sendero de la vida de fe, a la espera del amado Hijo de Dios.
© Fernando Alexis Jiménez .